Comienza la batalla por nuestro territorio

En los últimos días hemos tenido acceso al informe emitido por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, donde se solicita realizar un estudio de impacto ambiental a los promotores del nudo La Robla-400 a través del interlocutor único del proyecto, Naturgy Renovables. Y este informe nos ha revelado que el plan previsto es convertir nuestro territorio en una gigante plataforma industrial sobreexplotada cuyo único fin será la generación de energía para el lucro exclusivo de los operadores que se están repartiendo el premio sin ningún tipo de oposición ciudadana.

Hablamos del Futura SET “La Dehesa”, y más concretamente del Nudo “La Robla”, donde se plantea la ejecución de 51 aerogeneradores repartidos en 3 proyectos y de más de 1.922 hectáreas de superficie de placas fotovoltaicas, que ocuparán un total de 213.000 hectáreas con La Robla como centro neurálgico. Este megaproyecto afectará a los municipios de La Robla, Cuadros, Sariegos, La Pola de Gordón, Carrocera, Cármenes, Vegacervera, Valdelugueros, Valdepiélago, Matallana de Torío, Valdefresno, Villaquilambre, Rioseco de Tapia y Garrafe de Torío.

Mapa Sinergias
Nudo de La Robla. Territorios afectados

Empieza a tomar forma, por lo tanto, un momento crítico y sin retorno. Un momento en el que nuestro entorno está en grave riesgo, nuestro entorno tal y como lo hemos conocido hasta ahora.

Nuestro territorio, ya gravemente afectado por la despoblación, por el envejecimiento, por la falta de proyectos generadores de riqueza real y por la pérdida paulatina de protagonismo a nivel territorial, está a punto de convertirse en un ingente y destructivo campo industrial donde la posible riqueza que se genere se exportará a otros territorios donde no se permiten este tipo de macroproyectos, pero sí consumirán esta energía producida aquí. Porque toda esa posible riqueza no impactará en ningún caso en nuestro territorio.

Estamos hablando de lo único que nos queda en nuestros pueblos. Hablamos de una expoliación de nuestros recursos naturales, como el único instrumento de generación de riqueza. De proyectos de turismo rural, de caza, de turismo sostenible, de negocios alimentados por la gente que nutre estos pueblos. Pueblos que quedarán desiertos y despoblados, porque nadie quiere convivir con gigantes de más de 200 metros de altura, cuyo ruido de sus aspas nunca cesa, y que proyectan el sol según la rotación de las aspas.

El posicionamiento sin fisuras ante nuestros ayuntamientos y juntas vecinales será determinante para que estos proyectos, actualmente en fases avanzadas de tramitación, no acaben ejecutándose. Porque si esto ocurre, ya no habrá vuelta atrás. Porque tengamos siempre muy presente que esto no es desarrollo: es explotación. Y porque pretender convencer con lo contrario es presuponer el analfabetismo y la necesidad de limosnas como características de nuestra población.

Cabe recordar a qué nos enfrentamos y cuáles son las consecuencias de la implementación de parques eólicos en nuestros territorios.

Fuente: http://adurcal.com/enlaces/mancomunidad/viabilidad/59.htm